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Archivo para septiembre, 2021

COMUNIDAD DE HUAYCHAO, PASCO – PERÚ.

COMUNIDAD DE HUAYCHAO (PASCO – PERÚ).

El día 26 de agosto del 2021 el periódico TU DIARIO de la ciudad de Huánuco, en su página 12 de Especiales, publicó un artículo titulado “Huaychao: Agüita de Mishkipuquio”, cuyo autor es el señor Víctor Raúl Osorio Alania «El Puchcador de la Nieve», a quien agradecemos, porque su comentario matiza amenamente poesía, historia, geografía, tradiciones y otros aspectos humanos de este mi pueblo.

Sin embargo, no es tan cierta la información que le han brindado sus fuentes al decir “… Julio Meza Gonzales, quien también fue propietario de estos terrenos pastizales, hoy usufructuado por la comunidad campesina”.

El mencionado Meza sólo se había posesionado sobre esos terrenos que siempre fueron de la comunidad de Huaychao, y los tenía usurpados usufructuando de ellos como si fuesen suyos.

La comunidad de Huaychao es antiquísima y en 1604 es reconocido como pueblo indígena y recibe esos pastizales de los repartidores de tierras del virreinato, edificando también su iglesia católica para cristianizarlos, que ahora es uno de los templos más antiguos de esta parte del Perú.

El referido Julio Meza, quien era el hacendado del fundo “La Esperanza” vecina de la comunidad de Huaychao, había anexado a su propiedad los terrenos comunales de este pueblo, tal como lo venían haciendo otros terratenientes durante el GAMONALISMO que era el sistema de poder que dominó el Perú desde mediados del siglo XIX hasta 1962 – 1963 cuando se dieron las primeras leyes de Reforma Agraria tratando de corregir este tipo de abuso.

Durante los años cincuenta e inicios del sesenta del siglo XX, era común observar grupos de campesinos en la ciudad de Cerro de Pasco acudiendo a los tribunales de justicia en busca de reivindicar sus tierras comunales usurpadas por hacendados vecinos.

Y muchos pueblos de Pasco, cansados de reclamar sus tierras usurpadas y no alcanzar justicia, decidieron tomarlos por la fuerza y los invadieron.  Tal como ocurrió con la comunidad de San Antonio de Rancas en el lugar llamado Huayllacancha, de donde fueron desalojados a sangre y fuego el 2 de mayo de 1960, con saldo de tres comuneros muertos, muchos heridos, chozas incendiadas, animales perdidos.  Esta masacre de las fuerzas del orden se detuvo gracias a la intervención del alcalde provincial de Pasco don Genaro Ledesma Izquieta.  La novela de don Manuel Escorza, Redoble Por Rancas, lo hizo conocer mundialmente.

También fue sonado el caso de los comuneros de Yanahuanca que en 1962 tomaron sus tierras que estaban usurpados por hacendados vecinos de Uchumarca, Chinche y Pacoyán.  Pero después fueron  desalojados por la policía a sangre y fuego, sufriendo los comuneros más de tres decenas de muertos, muchos heridos, chozas incendiadas y animales perdidos.  En esta hecatombe destaca por su valor el comunero Fermín Espinoza que los relatos del caso lo recuerdan como Garabombo.

Pero el caso Huaychao fue diferente y ocurrió en los años cuarenta del siglo XX, o sea veinte años antes de la comentada toma de tierras.  El hacendado del fundo “La Esperanza” que arrendaba parcelas de estos terrenos comunales a humildes campesinos había amenazado con desalojar a una anciana arrendataria por no aceptar pagar incremento de su locación.  Esto fue el detonante para que las autoridades del pueblo de Huaychao decidieran poner fin al abuso del hacendado y reclamarle esos terrenos pastizales que eran de dicha comunidad.

Los representantes legales de la comunidad campesina de Huaychao, don Pablo Rojas Ariza (mi padre) como Agente Municipal y don Francisco Luis García en su calidad de Personero Comunal, demandaron judicialmente al hacendado Meza en Huayllay, reclamándole reivindicación de los terrenos pastizales del pueblo de Huaychao que los mantenía usurpados.

En el juzgado de Huayllay la demanda les resultó negativa, por lo que tuvieron que apelar a la instancia superior, y continuaron hasta llegar a la última instancia: la Corte Suprema de Justicia, en la ciudad de Lima, quien falló que Huaychao debe pagar una indemnización al demandado Meza para rescatar sus tierras, fijando monto de reparación y fecha de cumplimiento, advirtiendo que si el demandante no cumple con pagar tal reparación, dichos pastizales reclamados pasaran a ser declarados propiedad definitiva del demandado.

Este fallo era una forma subrepticia de favorecer al terrateniente, porque el pueblo demandante no tenía nada que indemnizar al hacendado, porque no le había causado daño ni perjuicio; era el hacendado quien debería indemnizar a Huaychao por usufructuar indebidamente de sus terrenos.  Sin embargo la Corte Suprema dispuso este pago que era imposible de cumplir por campesinos ganaderos de sobrevivencia de Huaychao, fallo que prácticamente los obligaba a comprar sus tierras y con advertencia de que los perderían definitivamente si no cumplían con tal reparación al demandado.

Ante la infructuosa tarea de conseguir tan alto monto de dinero en el medio, el Agente Municipal recurrió a un acaudalado comerciante yugoeslavo de la ciudad de Cerro de Pasco, don Elías Beuzan Balarín, quien lo avaló ante un banco local para conseguir el préstamo de lo requerido, dinero con el cual el pueblo de Huaychao pudo pagar tal indemnización fijada por la Suprema.  En la fecha señalada, los Comisionados Judiciales llegados a Huaychao hicieron cumplir la sentencia emitida, recibieron, contaron y entregaron dicho monto indemnizatorio al hacendado Meza. Redactaron actas testimoniales del cumplimiento de sentencia, firmaron los comisionados, el demandado, las autoridades demandantes y testigos.  Estos Comisionados Judiciales culminaron esta histórica sesión de reivindicación con la entrega oficial de esos terrenos rescatados a las autoridades del pueblo de Huaychao, mediante un rodeo a caballo por los linderos de aquellos terrenos que les habían sido usurpados a la comunidad campesina de Huaychao.

La reivindicación de sus terrenos pastizales logrado por la comunidad campesina de Huaychao en los años cuarenta del siglo XX, es decir veinte años antes de la dación de las primeras leyes de reforma agraria, marca un hito en los anales judiciales sobre estos reclamos al haber logrado recuperar sus terrenos comunales usurpados por hacendado vecino sin tener que recurrir a la violencia ni poner en peligro la integridad física y bienes de sus comuneros; superando todos los obstáculos que se le presentaron en ese camino.

Ave Huaychao.

«LOS HOMBRES PASAN, LOS HECHOS QUEDAN».

(Autor anónimo)

FUENTES:

Fotos e Imágenes de Google.

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