“A LOS VENCEDORES DE PASCO”
Así reza la leyenda de la medalla que el Generalísimo don José de San Martín hizo acuñar en honor a los expedicionarios que, al mando del General Antonio Álvarez de Arenales, lograron vencer a los realistas que estaban a órdenes del irlandés Diego de O´Reylli en la ciudad de Cerro de Pasco, el día 6 de diciembre del año 1820. El bicentenario de esta importante victoria de los patriotas frente a los realistas en la batalla de Cerro de Pasco se conmemora este año 2020.
Con todos los merecimientos recordamos al General Antonio Álvarez de Arenales y a su expedición libertadora a la sierra, batallón que estaba integrado por soldados de varias nacionalidades de esta parte de América del Sur, pero también participaron nuestros bravos paisanos cerreños junto a otros compatriotas nuestros.
Desde la rebelión de los pasqueños en 1780 contra los abusivos impuestos que Areche había ordenado, la ansiada libertad del yugo español nunca cesó en Pasco y en todo el Perú. Debido a ello hubo levantamientos y revoluciones que terminaron sangrientamente reprimidos por las fuerzas realistas que contaban con todo el apoyo logístico y gran número de soldados.
En cada pueblo de nuestras parcialidades pasqueñas se fueron formando montoneras de patriotas en su afán de lucha contra la opresión. Estas montoneras fueron dando paso a las guerrillas patriotas que diseminados a lo largo y ancho de Pasco y de nuestro país fueron compartiendo informes de espionaje, ubicación del enemigo y su desplazamiento, para atacar a las avanzadas realistas en los lugares más convenientes.
Previo a esta situación, cuando se enteraron que la expedición de Álvarez de Arenales se dirigía a Cerro de Pasco, el virrey Pezuela había enviado a esta ciudad minera al oficial general irlandés Diego de O´Reylli al frente de 600 hombres para reforzar al batallón Concordia que protegía esta ciudad cerreña, donde estaban ubicadas las minas del rey y las cajas reales.
Estas guerrillas de nuestros pueblos de Pasco apoyaron la llegada de la Expedición Libertadora de la Sierra del general Antonio Álvarez de Arenales, quienes fueron recibidos por el comandante general de guerrillas de Pasco, el patriota Camilo Mier, en Villa de Pasco. Los expedicionarios fueron alojados en los predios de la insigne patriota María Valdizán.
La tarde del día que llegó el General Antonio Álvarez de Arenales a Villa de Pasco llovió copiosamente, pero eso no impidió que salieran guiados por Camilo Mier a reconocer el terreno donde tendrían que librar batalla.
El siguiente día, 6 de diciembre de 1820, amaneció todo el ambiente cubierto de espesa niebla baja, y caía copiosa nevada. Esta situación fue aprovechada por los patriotas para posicionarse en los cerros de Uliachín, trasladando allí su artillería desmontada, ubicándose con frente al enemigo. El cuartel principal de los realistas estaba al lado oeste de la laguna de Patarcocha, y el otro se hallaba ubicado al oeste del primero.
Cuando cesó la nevada y se disiparon las espesas nubes de aquella mañana, los patriotas con disparos de artillería rompieron los fuegos, sorprendiendo a los realistas que desorientados intentaron reagruparse en el segundo fuerte. Hay que tener presente que nuestras guerrillas pasqueñas parapetados en los cerros de Uliachín también embistieron apoyando el ataque de los expedicionarios, que cargó con la caballería a los realistas. Entonces la batalla se libró en la ciudad donde también participaron los pobladores cerreños que divididos unos a favor de los patriotas y otros del lado de los realistas se batieron valientemente, hasta hacer huir a los realistas, que luego fueron capturados muchos de ellos, y entre los oficiales realistas capturados se encontraba Andrés de Santa Cruz y otros que después abrazarían la causa patriota.
Diego de O´Reylli había huido por el valle de Chaupihuaranga, pero los paisanos nuestros lo siguieron hasta capturarlo en una hacienda de Lauricocha, siendo llevado desde allí a Huaura de donde después fue liberado y enviado a España en barco; pero este militar irlandés no llegó a España porque se había suicidado en alta mar.
Consumada la victoria patriota, esa misma tarde del 6 de diciembre de 1820, convocaron a cabildo abierto para acordar como se realizaría la ceremonia de independencia. El día 7 de diciembre de 1820, reunidos todos en la plaza Chaupimarca de Cerro de Pasco, con la presencia del General Antonio Álvarez de Arenales, su plana mayor, personalidades del lugar, soldados y guerrilleros nuestros, escucharon al alcalde mayor y juez de la patria don Ramón Arias quien tomó juramento a todos los presentes declarando la independencia de Pasco del yugo español y de cualquier otra potencia. El pueblo enfervorizado contestó ¡Sí! a la pregunta de si juraban declararse libres, en medio de salvas de artillería, disparos de fusilería, entre vivas, abrazos y lágrimas de muchos de ellos, culminando así esta imponente ceremonia.
Luego ordenaron liberar a los sentenciados a trabajos forzados que cumplían pena en las minas del rey, entre ellos el alcalde de Panao, don Mariano Silvestre, uno de los sublevados en la revolución huanuqueña de 1812, encontrándosele débil y desnutrido, en muy lamentable estado de salud.
Luego, fueron enviados dos comisionados a la ciudad de Huánuco, Nicolás Herrera y Pablo Cherres, con la finalidad de que apoyen para que esa ciudad también declare su independencia, y Nicolás Herrera los hizo jurar el 15 de diciembre de 1820.
Pasada la quincena de diciembre el general Álvarez de Arenales sale de Cerro de Pasco con toda su tropa, dirigiéndose a Huaura donde debía reunirse con el Generalísimo don José de San Martín.
Tiempo después vendría la venganza de los españoles en mayo de 1821, cuando llegó José M. Carratalá a Cerro de Pasco a cometer atrocidades con la población y luego de cobrar cupos a los dueños de minas y enterado por el rico minero Acevedo de que una dama cerreña patrocinaba a los patriotas, esa misma noche Carratalá llegó a Villa de Pasco y apresó a María Valdizán, la increpó, y le pidió que denuncie a sus cómplices. Nuestra heroína se mantuvo en silencio ante todas las amenazas proferidas. La tuvieron presa esa noche y al siguiente día la llevaron a plaza pública para seguirla interrogando y amenazando, pero ella solo abrió sus labios para pronunciar: “Viva la Patria”, “Viva el Perú”. Ante esto, Carratalá lleno de ira y de furia ordenó a su lugarteniente que la mate, y éste con un mandoble de su sable casi cercenó el cuello de nuestra heroína. Así terminó la preciosa vida de esta insigne dama patriota, María Valdizán, que se inmoló por nuestra libertad una mañana de mayo de 1821 en Villa de Pasco. Luego, los españoles saquearon todos los bienes de valor de esta heroína, y quemaron todo lo que no pudieron llevarse.
“Vencer y perdonar, es vencer dos veces”
Pedro Calderón de la Barca.
FUENTES:
Pueblo Martir
Guía del Bicentenario de Cerro de Pasco
Fotos de Andina.pe
Imágenes de Google
PROMAR
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