ANAMELBA
Basta mencionar el nombre de “Anamelba, la Novia del Bolero” para transportarnos al mundo musical del bolero a partir de los años 60, que interpretada por Anamelba en su voz de soprano, voz que la modulaba a su antojo, dulce, melódica, sentimental, irrumpió en el ambiente musical de aquellos años del siglo XX, convirtiendo cada una de sus grabaciones musicales en rotundos éxitos de aceptación popular y de ventas.
Melba Ana Pinzás Salazar, su verdadero nombre, nació el 28 de agosto de 1942 en la ciudad de Huánuco (Perú). Desde pequeña mostró su inclinación por el canto, interpretando música clásica. En la ciudad de Lima llegó a vivir con su familia en los Barrios Altos, estudiando en el colegio República de Brasil. Se graduó como Profesora de Danzas Folclóricas.
Su don musical como intérprete vocalista la llevó a grabar su primer disco con su nombre de pila, Melba Ana, de éxitos musicales de aquel momento en boga como el twist y el soul.
En 1961, cuando ella tenía 19 años de edad inicia su vida artística como cantante profesional integrando un elenco artístico en una gira de presentaciones por el interior del Perú. Paco Maceda (Director del afamado grupo Los Kipus) propuso que ella iniciara los espectáculos actuando como número preliminar al de los artistas consagrados. Causó gran sensación cada presentación suya en toda esta gira, fueron muy aplaudidas debido sobre todo a su talento interpretativo musical arrollador, y de esta manera, de la noche a la mañana, se hizo conocida y muy popular actuando como Melba Ana.
A raíz de este éxito artístico inicial ella llega a tener como su primer representante a don Genaro Ganoza Torres (uno de los fundadores de Los Kipus), quien con buen criterio de marketing le propuso adoptar el nombre artístico de Anamelba. Luego, parece que el conductor radial Luis Aguilar (discjockey de Radio Callao) conocido como “El rey de las matinales” fue quien bautizó a Anamelba como “La Novia del Bolero”. Nombres artísticos que ella adoptaría hasta el fin de sus días.
Las giras y presentaciones artísticas de Anamelba se sucedieron una tras otra, mientras que sus grabaciones musicales se convertían en éxitos rotundos de venta, tanto a nivel nacional como internacional, y ella continuaba manteniendo la misma ecuanimidad y sencillez ante la fama.
En 1967 se casó con el cantante ecuatoriano Julio Jaramillo, llegando a tener una hija de esta relación. Cuando Anamelba quiso divorciarse de Julio Jaramillo en 1970 se dio con la ingrata sorpresa de que su matrimonio era nulo, porque Jaramillo se había casado varias veces y en distintos países. Esta afrenta podría haber doblegado a cualquier otra mujer, pero jamás a Anamelba. Ella al enterarse de esta realidad solamente pudo reírse de su suerte, asumir esta adversidad y luego continuar con su actividad artística normalmente.
En 1980 tuvo una segunda pareja, un arequipeño, con el cual también llegó a tener otra hija. Parece que esta vez la causa de la disolución matrimonial fue incompatibilidad de caracteres, pues él era un tipo muy autoritario.
Se comenta que tiempo después la operaron de los ganglios y 14 años más tarde le detectaron cáncer a las glándulas salivales. Por esta razón ya no pudo volver al canto, pero esto tampoco la doblegó ni desanimó, porque siguió su tratamiento al cáncer hasta cuando pudo soportar las quimio terapias en Estados Unidos de Norteamérica, donde estuvo trabajando como conductora de buses para niños especiales en New Jersey. Allí fue objeto de muchos elogios, de muchos homenajes.
Ella siempre manifestaba su orgullo de haber nacido en el Perú y de ser huanuqueña. En muchas entrevistas, cuando le preguntaron por la comida peruana, ella resaltaba la comida huanuqueña, su pachamanca, su locro de gallina, entre otros potajes tradicionales de Huánuco, porque nunca olvidó a la tierra que un día la viera nacer, y eso a pesar de haber llegado a radicar en muchos otros lugares desde muy pequeña.
Anamelba manifestó en una entrevista que le hicieron en los Estados Unidos de Norteamérica, lo siguiente: “Di mi vida a la música, al bolero le entregué mi juventud, y no me arrepiento. Sé que en el Perú no me olvidan, siempre han estado pendientes de mi”. Abrigaba el sueño de algún día volver a su patria y comprobar que no la habían olvidado. Y es cierto Anamelba, tus compatriotas nunca te hemos olvidado ni podremos olvidarte jamás mientras haya memoria de tu trayectoria musical, mientras tus canciones que nos interpretaste con tanto sentimiento nos hagan volver a revivir esos momentos inolvidables de romanticismo que marcaron definitivamente nuestras vidas.
Para que ustedes puedan comprobar la grandeza de ánimo de Anamelba transcribo lo que ella dice en su audio de despedida de esta vida que fue proporcionado por el productor musical Arturo Barrientos.
Ella dice: «Hola amigos, ¿cómo están? Les habla su Novia del Bolero, Anamelba, despidiéndome de todos ustedes, y que Dios me los bendiga a cada uno de los que me han querido y a los que no me han querido. Igualito. También a todos mis compañeros artistas, que los he querido mucho. Que Dios me los bendiga a todos ustedes. Su amiga Anamelba, su Novia del Bolero”.
Melba Ana Pinzás Salazar, conocida como Anamelba, La Novia del Bolero, una de las mejores voces femeninas de este ritmo musical dejó de existir a los 69 años de edad en Patterson (Nueva Jersey) a consecuencia de un paro cardíaco, luego de una larga batalla contra el cáncer, el 01 de septiembre del año 2011. Lastimosamente en el Perú no hubo mayor noticia ni homenajes ni un justo reconocimiento a su labor artística de tan extraordinaria mujer, de esta sensacional cantante, que cual heroína de su propia vida luchó hasta el último instante por querer vivir, hasta despedirse de todos afrontando su dolor y sufrimiento hasta el final.
Anamelba tuvo una tercera pareja (Hugo de la Cruz) con quien compartió más de veinte últimos años de su vida en los Estados Unidos de Norteamérica, hasta su muerte. Sus restos fueron incinerados y una parte esparcidos en las cataratas de Patterson, New Jersey, y el resto parece que una nieta los hizo llegar a sus hermanos en Perú para ser esparcidos en su tierra natal.
“Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reir”
(Anónimo)
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